Las preguntas que importan tras los resultados de la Prueba de Acceso a la Educación Superior
Este martes 3 de enero se publicaron los resultados oficiales, iniciando el proceso de postulación a las universidades.
¿Qué carrera elegir? Esta ha sido por años la interrogante más frecuente entre quienes están buscando acceder a la educación superior y para muchos estudiantes solo logra responder a más ansiedad por una posible mala decisión.
El especialista en temas de motivación y aprendizaje e Investigador principal de Millennium Nucleus for the Science of Learning (MINSOL), Jorge Valenzuela, nos explica por qué es una muy mala pregunta.
“Efectivamente, es la pregunta que está de moda y a la que, aparentemente, puedes responder con la información que brindan las universidades. Pero digámoslo con honestidad, no es una buena pregunta. La pregunta alternativa ¿Quién quiero ser?” es quizás menos operativa, más compleja, pero a fin de cuentas, mucho más eficaz.
Valenzuela es enfático en decir que ésta pregunta permite al estudiante pensar en la oferta de carreras ya no como un meta sino como una herramienta funcional al proyecto de vida que está construyendo. El proyecto del estudiante en esta etapa, “puede ser muchas veces difuso, y la pregunta sobre quién quiero ser, puede favorecer no solo una buena elección, sino que también, una motivación más autónoma para aprovechar las oportunidades de formación a las cuales el estudiante se ve expuesto” explicó el experto.
¿Quiero ingresar a la universidad?
Lo primero a dilucidar, comenta el académico, es saber si mi proyecto pasa necesariamente por “ser estudiante secundario”. Tal vez “no sea ese el camino para construir una trayectoria de desarrollo personal que lo haga feliz. En este punto son los padres quienes deben ofrecer también libertad para que sus hijos e hijas puedan pensarse a sí mismos”.
Pero si de manera contraria los estudiantes están seguros en que la educación superior es parte de su camino, “deben entonces comenzar a clarificar cuál de las ofertas formativas que se me ofrecen puede ayudarme en mi proyecto. Y no olvidar en ningún momento que lo que se viene, son años de estudio” agregó el especialista.
El investigador principal del primer núcleo de estudios para la Ciencia del Aprendizaje en Latinoamérica y académico en la UCM, es enfático en decir que lo importante no es la identidad con el título profesional, sino el proyecto personal. Lo relevante no es ser, por ejemplo, ingeniero, sino lo que dicha formación me aporta para ser quien quiero ser.
Desde ahí surgen otras interrogantes como en qué institución realizar esos estudios. “Al respecto, vale la pena siempre comparar y no dejarse llevar por la publicidad. Preguntar a estudiantes que cursen la carrera de interés, revisar mallas curriculares, años de acreditación, tasas de empleabilidad, formación doctoral de la planta académica, las redes de colaboración de la universidad (ej. posibilidades de intercambio), son algunos criterios, que pueden dar luces sobre la calidad del programa que he elegido”.
La Motivación en este proceso
Las ventajas de esta forma de mirar la opción de futuro tras haber terminado la educación secundaria se relacionan con la motivación por aprender y, por tanto, con el compromiso y disposición por aprovechar las oportunidades de formación que entrega una determinada institución”. La evidencia muestra que los estudiantes que anclan su motivación en relación con la importancia de aprender, esto es, con el valor que los estudios tienen en su proyecto personal, se comprometen mucho más profundamente con sus estudios, tienen mejores resultados y se convierten en mejores profesionales”, dijo Valenzuela.
También hizo hincapié en ciertos tips para los padres que viven este momento con sus hijos: “anime a su hijo o hija a pensar ‘fuera de la caja’. No contribuya a quedarse dentro de una mirada restringida de futuro preguntándole sobre ‘qué carrera vas a elegir’. Ayudémosles a mirar más allá, invitándolos a reflexionar en quien quieren ser y cómo tal o cual carrera puede ser una herramienta fundamental para lo que realmente importa: su proyecto de vida y su felicidad”, concluyó el investigador.